Cartas a mi hijo adolescente Lucas

Hoy me has preguntado por qué los partidos siempre están enfrentados. Y me dices que estás preocupado porque este enfrentamiento se ha trasladado a los amigos y a casa. Y yo hoy te respondo con una carta:

“Lucas, siempre te digo que te hagas preguntas, sobre todo una : ¿POR QUÉ?

Háztela de forma repetitiva hasta llegar al fondo de todas las cuestiones que te preocupen.

Con respecto a lo primero que te preocupa, decirte que la mayoría de los seres humanos somos buenos, queremos lo mejor para los demás, como todos hemos visto estos días en Valencia con las colas de voluntarios que querían ayudar a los afectados por la DANA, daba igual la preferencia política de cada uno, prevalecía la unión y el amor. Este hecho que se repite siempre, lo quiero trasladar al mundo de la política para poder responderte.

Como punto de partida, todas las personas que se identifican con una propuesta política, sea del partido que sea, desde Vox hasta Sumar, también quieren lo mejor para todos, para nuestro país, o sea para los demás. Igual que lo queremos para los los afectados por la Dana. No hay nadie que apoye una opción política para que las empresas vayan mal, aumente el paro, la sanidad no funcione, etc. Todos quieren lo mejor.

Y aquí viene lo interesante; la única diferencia entre todas las opciones políticas es el “cómo” se consigue este objetivo del bien común: subiendo o bajando los impuestos, con sanidad pública o privada, estando dentro o fuera de Europa, etc. Todos queremos lo mismo, lo que cambia es la visión de cómo conseguirlo.

Está reflexión, aunque parezca simple no lo es, tiene mucha trascendencia y derivadas, pues da lugar a preguntas y otras reflexiones muy interesantes.

¿Por qué si todos los partidos quieren lo mejor para los ciudadanos, en términos de mayor prosperidad, educación, seguridad, etc., nunca se ponen de acuerdo?. Es más, ¿por qué si un partido tiene una buena idea que aportar para solucionar un problema, que nos afecta como ciudadanos, nunca es tenida en cuenta si es de un partido oponente?

¿Lucas, no te parece al menos sospechoso? ¿No te hace dudar de sus motivaciones? ¿Cómo apoyarlos ciegamente? Y en cambio lo hacemos ¿por qué?

Esto me lleva a la segunda cuestión que te preocupa: ¿Por qué la gente se identifica tanto con una opción política y sus propuestas, y esto hace que seamos incapaces de escuchar objetivamente las opciones de quien piensa diferente, al que incluso vemos como un enemigo al que hay que eliminar?

¿Cuál es el mecanismo psicológico que hace que los seres humanos actuemos así?. Para entenderlo tienes que averiguar tú solo lo que es el “Sesgo Partisano” , también llamado Sesgo Cognitivo. También, si te atreves, puedes leer al premio Nobel de economía Daniel Kahneman que ha estudiado este fenómeno en profundidad y luego hablamos de lo que te parece.

Te adelanto que la identidad partidista por un lado es positiva, pues fomenta la participación cívica, la cohesión social, y facilita la toma de decisiones políticas, pero por otro lado, cuando se extrema, esta identificación puede tener riesgos muy peligrosos en el ámbito político y social,  al fomentar:

  • La polarización política que crea un ambiente hostil incompatible con la cooperación entre partidos
  • La toma de decisiones rígidas, que no tienen en cuenta ideas que pueden ser las mejores para los ciudadanos, porque no son las de mi partido
  • La falta de consideración de políticas basadas en la evidencia, que hace que las personas solo se han receptivas a informaciones que respalden sus creencias, aunque sean falsas y les perjudiquen
  • Desconfianza institucional, algo que la identidad partidista extrema puede ocasionar, haciendo que los “identificados” desconfíen de la democracia y las instituciones, llegando a creer que estas están sesgadas, o son corruptas, si no favorecen a su partido de preferencia.

Si algún día te haces político, te recomiendo:

  • Que fomentes el compromiso cívico y no la polarización. Que seas un ejemplo en promover el respeto mutuo y la colaboración con quien no piensa igual que tú.
  • Que facilites el diálogo y el consenso que favorezcan la cooperación.
  • Que impulses la educación mediática para que los ciudadanos sepan analizar y evaluar la información y las propuestas políticas de manera informada y en diferentes fuentes.

Por hoy te lo dejo hasta aquí…