Muchos estamos haciendo lo que podemos para ayudar a los damnificados por esta Dana. Pero tenemos todos que hacer más, y para mi lo más importante es ver que está en nuestras manos para que este desastre no se vuelve a producir o al menos que se pueda minimizar.

Si ante los hechos, te haces repetitivamente la pregunta ¿por qué?, llegas a la raíz del problema: las características de la personas que llegan al poder y que están tomando las decisiones.

Por tanto nos tenemos que preguntar que tenemos que cambiar en nuestro sistema democrático e internamente en los partidos políticos -y da igual la ideología del partido- para que las personas que gobiernan sean las idóneas, y por tanto como evitar que personas mediocres cuyo único objetivo son ellas mismas y sus intereses, personas sin escrúpulos, trepas y ambiciosas en exceso, manipuladoras y sin las capacidades y formación adecuada, entren en dichos partidos y escalen a lo más alto, haciendo y debiendo favores.

Y por contra tendríamos que ver cómo atraer y conseguir que las personas más preparadas, inteligentes, honestas y trabajadoras, cuyo propósito real es servir a la sociedad-bajo el prisma de su ideología particular- ocupen los puestos de poder.

 Este es el problema de raíz. El cual nunca se solucionará si lo enfocamos apuntando a tal o cual dirigente en función de nuestra identificación política, pues cuando este se vaya o se le quite, siempre podrá volver otro igual o peor, pues seguirá activo el mecanismo que permite que personas así lleguen al poder.

Las soluciones adecuadas solo se encuentran si nos hacemos las preguntas adecuadas y para mi siempre son las mismas en estos casos: ¿Cómo gente tan mediocre y egoísta está en ese puesto, cómo y porque ha llegado, y cómo se puede evitar?. Lo que lleva a hacerse la siguiente pregunta: ¿Cómo atraer a los mejores, y que sean esos los que escalen en los partidos?
Las consecuencias de que nos dirijan personas mediocres, populistas y sin valores éticos, son nefastas como estamos viendo, pues tienen mucho poder.

Ahora son dos los grandes temas que hay que enfrentar y de donde hay que sacar lecciones: lo que se podria haber hecho antes de la Dana y lo que se debe hacer después.

Pensando en el antes y sabiendo que es un fenómeno repetitivo, se tendría que ver cómo hacer para que no sean tan virulentas – y se sabe- y como hacer para estar bien organizados y prevenidos ante su llegada. Y pensando en el después, y ya ante sus efectos destructivos, ver cómo organizarse para que la reconstrucción sea rápida y eficaz gracias a la planificación previa y la coordinación.

Si consiguiéramos tener dirigentes políticos de gran preparación, inteligencia e integridad moral, hubieran hecho caso a los técnicos y científicos y habrían estado trabajando desde hace tiempo en el antes, en la prevención, ósea en reducir las emisiones de CO2 que provocan el efecto invernadero y calientan en exceso el mediterráneo, y se hubiera  planificando el territorio de las cuencas mediterráneas de una  manera en la que se hubiera tenido en cuenta las avenidas de los ríos y estos se hubieran mantenido limpios. 

Si hubiéramos tenido políticos así, esta Dana hubiera sido menos intensa y virulenta, y por tanto hubiéramos tenido menos muertos y destrucción.

Más adelante abriré un debate de cómo conseguir estos políticos y cómo hacer para que lleguen a los puestos de mando.

Y pensando en el después, en el desastre, si tuviéramos políticos de gran capacidad y nivel, que anteponen los interés de la sociedad a la que sirven, a los suyos propios y de sus partidos, se hubiera traducido en que por parte de la Generalidad Valenciana se hubiera avisado a tiempo a la población el martes por la mañana, pero por lo visto antepusieron otros intereses y ocupaciones personales, minimizando o ignorando la previsión del mal tiempo.

Y por parte del estado, hubieran cogido todo el mando y coordinación de las operaciones una vez se vio el miércoles por la mañana la dimensión del desastre y las malas decisiones de los dirigentes de la Generalitat Valenciana, pero no lo hicieron.
Esto es lo que hay, y si no hacemos nada, es lo que seguiremos teniendo.

Y solo con gobernantes de un gran nivel humano y político, y cuya motivación real sea el servicio público, podremos tener estados democráticos e instituciones públicas sólidas y respetadas.

Las raíces de una planta solo son atacadas por los hongos si se han debilitado por exceso continuado de humedad. Los hongos siempre van a estar esperando las condiciones idóneas. Los extremistas son como los hongos y estos no podrán atacar las democracias si estas son fuertes. Por tanto la solución no es frenar a los extremistas es tener a los dirigentes más preparados y honestos en el poder.

Pero desgraciadamente, tal y como están actuando nuestros políticos actuales, están creando el caldo de cultivo idóneo para dar alas a los desaprensivos que estos días están desinformado y creando más tensión en Valencia. El objetivo de estos es destruir lo que hay, y creo que el del resto debería ser promover el cambio, antes de que sea demasiado tarde y la mayoría les apoye, pero no será fácil pues los jóvenes solo se informan por las redes sociales que tan bien dominan y que nadie pone coto.

Y lo peor, tenemos una excusa infalible para no hacer nada, y que no se consiga lo que aquí propongo, decir que es una utopía inalcanzable.

Las personas que argumentan así se basan en las características de la naturaleza humana, y en los mecanismos internos de los partidos políticos.

Tengo argumentos que desmontan tales frenos, pero antes de exponerlos, me gustaría abrir este debate a todo aquel que también piense que ésta es la raíz del problema, que piense que cambiar esta situación es posible y que quiera aportar sus ideas para mejorar nuestras democracias.

Voy a crear en internet el “Foro I+D Democracia”

Abrazos,

Mateo Blay